Ensayo sobre el Amor
Por: Pilar Sordo
Parece ser que el jugar al “me quiere mucho, poquito o nada” esta out. Parece que el amor ha cambiado de forma y tal vez de definición. Esta clásica frase con la que mi generación jugaba casi a lo que hoy sería equivalente a la aplicación del tarot, donde tratábamos de “adivinar” si ese amado nos correspondía o no, sería vista cómo un acto de juego y de ingenuidad total.El amor ha ido cambiando de forma o mejor dicho le hemos ido exigiendo mucho al concepto, quizás dejando de lado los componentes que hacen de este sentimiento, la fuerza que mueve al mundo.De amor se ha hablado mucho y estudiado en demasía . Desde los filósofos más antiguos hasta los más contemporáneos siempre terminan escribiendo sobre este sentimiento que nos encanta sentir pero al mismo tiempo nos asusta cuando llega y que nos puede meter en mas de algún problema.Aquí no vamos a hablar en forma especifica del amor universal , sino que me voy a referir al amor de pareja , el que sin duda es una expresión más de esta fuerza movilizadora , pero que tiene sus propias características.
Y este sentimiento si que ha cambiado, da la sensación que se ha vuelto más práctico, más racional, más concreto, en el cual se privilegian primero los objetivos personales y no los de pareja. Porque hablar del amor de pareja incluye quizás dos tipos de amor que tienen que convivir y mantenerse en el tiempo, porque hablar del amor es sin duda, hablar de compromiso. Los dos tipos de amor que se sumergen en la pareja son los llamados “amor erótico” que es ese exquisito sentimiento que me hace sentir la buscada “química” y el amor “ternura” que hace que el otro me despierte los mejores sentimientos de confianza, de amistad y la necesidad de entregarle lo mejor de mi. Pero algo sin duda pasa con este tema independiente de estos tipos de amor que tienden a fundirse en el tiempo; cuesta comprometerse, cuesta el clásico “para siempre” aunque en el fondo de nuestras almas lo seguimos buscando y que según mi experiencia clínica la gente sigue haciendo todo lo posible por mantener.
Sin duda la ruptura del amor, por la razón que sea debe ser uno de los dolores más intensos y quizás los que dejan más heridas en el ser humano.Entonces es válido preguntarse, que nos pasa, porque si es algo que todos buscamos y deseamos y que incluso por experimentarlo y “vivirlo” somos capaces de hacer cualquier cosa y de complicarnos en muchas ocasiones mucho más de lo razonable; nos dura tan poco, se acaba aparentemente tan rápido y es tan frecuente ver a tanta pareja joven separándose antes de los cinco años de convivencia o matrimonio?Es que saben lo que pasa, yo creo que como sociedad estamos anestesiados, cada día nos cuesta más sentir, nuestros umbrales se han ido alterando y cada día necesitamos sensaciones más fuertes para poder despertar emociones dentro de nosotros mismos y por supuesto también para los demás. Estamos como adictos a la adrenalina y por lo tanto todo lo que nos conecte con el estar vivos , empezamos a quererlo y a buscarlo. Lo malo es que estas sensaciones son transitorias, se van y hay que buscar otras y por lo tanto como creo que hemos ido asociando el amor a la busqueda de estas sensaciones, cuando estas se van entonces la relación se termina.Si a esto le agregamos que estamos inmersos en una sociedad en la que la búsqueda del placer es la máxima, donde los niveles de tolerancia y de paciencia dejan mucho que desear y donde hemos ido evadiendo todas las situaciones que nos pueden generar dolor, entonces empieza a quedar claro el porque este sentimiento pareciera ser el causante de nuestros dolores.
En realidad hemos hecho mezclas raras, por un lado estamos asociando la angustia al amor, esto se ve mucho en las generaciones jóvenes dónde sobre todo las mujeres “eligen” hombres “malos” para poder “rehabilitar”, “cambiar” pero que en ese proceso se sufre en demasía. Es cómo si existiera la premisa inconciente que mientras más soy capaz de sufrir por ti, más te amo. Salir de este proceso, el cual yo también viví, cuesta mucho pero necesariamente pasa por cambiar esa definición y entender que quién te ama no te puede hacer sufrir, por supuesto , que me refiero a permanentemente.Otra asociación negativa que tenemos del amor , es que este es un sentimiento que “encarcela”, que “quita libertad”.
Claramente cuando un amor es sano tiene límites como todas las cosas sanas de la vida ,pero un amor sano genera libertad, entendida esta como la fuerza que me permite vencerme a mi misma(o) y que se coloca al servicio de mi proyecto de vida y de mi autoestima, sin que esto signifique estar “mirándome el ombligo”. Quizás uno de los problemas de las parejas jóvenes de hoy es que tienen proyectos paralelos y no han construido un “proyecto de pareja”, un NOSOTROS y no como hasta ahora solo un yo o un tú en paralelo. Veo con nostalgia cómo las parejas de antes se casaban casi “sin nada” y juntos diseñaban un proyecto para ir adquiriendo todo lo que necesitaban y cuando uno les pregunta por la etapa de mayor felicidad, sin duda mencionan esta como la más importante, junto con la llegada de los hijos.Hoy en cambio se ven parejas que no se comprometen, que utilizan términos como el andar, el amigo con ventaja y que al formalizar finalmente no se casan si es que no han logrado un departamento o tantas otras cosas que se anteponen al compromiso y al proyecto de vida en construcción, casi sin percibir que desde afuera nunca se está listo para nada, que la preparación es interna y que tiene que ver con el cuanto me quiero y desde ahí deducir cuanto voy a hacer capaz de querer al otro, sin pasarle la cuenta al otro y sin pensar que ese otro va a venir a cubrir un vacío mió o va a aparecer como decía recién para ser salvada(o) por mi.
Creo que es fundamental entender y para mi, lo reconozco, fue un proceso largo, que el amor verdadero, poco tiene que ver en el tiempo, con las cosquillitas de la guata, con la adrenalina, con esa etapa que muchos autores dicen que es una especie de “locura temporal”, con una pasión desenfrenada y con la dependencia maravillosa que hace que uno sienta que no puede hacer nada sin que el otro no está. Todas estas condiciones y sensaciones son necesarias de sentir pero no son suficientes, porque la cotidianidad, la rutina y las dificultades de la vida y las que nos inventamos para no poder ser realmente felices, van a hacer desaparecer ese sentimiento que parecía indestructible y tan mágico. El tema es que hacemos ahí, ahí es cuando aparecen “otros” que nos dicen que ahora sí, que con ella, o con él, encontré otra vez esa sensación y que a larga se transforman en espejismos que vuelven muchas veces a repetir el modelo. Ahí es cuando se deterioran las relaciones y uno empieza a sentir que me equivoque , que no era ella , que no era él y comienzan a aparecer sensaciones de querer terminar la relación.Es fundamental aclarar que en esto no hay parámetros, que no se puede generalizar, existen tantas formas de vida y personas como formas de amar y por lo tanto sólo estoy reflexionando sobre ciertas tendencias que puedo observar en mi experiencia clínica y en mis investigaciones y que no parecen ser aisladas.El amor es sin duda, si quiero que sea para siempre, una decisión, y este es un componente fundamental en la estructura de cualquier relación de pareja.
El sentimiento es la condición primera pero desde ahí tenemos que entender que necesitamos poder “elegir concientemente” al otro. Yo decido amarte y eso me permitirá poder perdonar, tolerar, y aprender de ti y tu de mi a lo largo de toda la vida.Siempre he dicho que las rentabilidades se obtienen donde uno invierte. Creo que cada día invertimos menos en nuestras vidas “puertas adentro”, todas nuestras inversiones parecen ir hacia fuera y por lo tanto nuestras rentabilidades ahí están, que lamentablemente es donde están las buscadas “lucas” y no estamos invirtiendo en nuestras fuentes de amor.Es probado por ejemplo que el erotismo no disminuye con los años, lo que disminuye son los eventos que la pareja hace para despertarlo y todos los esfuerzos que la pareja antes hacia para estar solos, a obscuras etc, los dejan de hacer cuando se ven sumergidos en la cotidianidad.Debemos recuperar el misterio, la galantería y el arte de cuidarnos y seducirnos sin objetivos, sólo para estar y compartir, es como dice Arjona, acompáñame a estar solo(a).
El amor es una planta, debe ser cuidado todos los días y para eso no puedo dejar de mencionar que las mujeres estamos llamadas por nuestra naturaleza retentiva a cuidar nuestros mundos emocionales dentro de la pareja, estamos más llamadas a colocar el encanto y la magia dentro de la relación, y lo masculino esta llamado a avanzar en la relación, a ayudarnos a las mujeres a no quedarnos “pegadas” con la vida y a enseñarnos a disfrutar lo que tenemos y no lo que nos falta.En esta fecha “marketera” o inventada para hablar del amor de pareja, los invito a reflexionar sobre sus decisiones. Si yo hubiera tenido hace años atrás esto claro, probablemente mi vida emocional hubiera tomado otro curso, alomejor les ayudo un poquito a re-encantarse con sus parejas, a decidir amarlas y a buscar todas las instancias para resucitar la magia y conectarse con la profundidad de ese sentimiento que es lo que más según mis creencias, nos conecta con la esencia de la vida, con el misterio del ser humano, con nuestras luces y nuestras oscuridades, con nuestro potencial de crecimiento, y al final con DIOS.