viernes, agosto 26, 2005

El Tío Manuel

columpio


Ayer, muy temprano, atendí a una llamada telefónica. Una voz muy familiar preguntó por mi padre o por Laura. Ambos, hacía buen rato que, habían salido. Sólo después de unos segundos pude reconocer en aquella voz a tía Lupe. Sin mostrar contrariedad y con una voz muy clara me dejó el siguiente recado: "Dile a tus papis que el tío Manuel está en la UCI del Reblagliati...".

La noticia, por lo directa, me dejó algo descompuesta: ¿El tío Manuel? Y yo pensando que el tío Manu era el "hombre de acero"...

El tío Manuel es el hermano de mi abuelita Cristina y uno de los pocos sobrevivientes de aquella rama familiar. Huallanquino de pura cepa, hablador hasta por los codos, deportista, amante de la naturaleza y de la vida sana. Casado más de cinco décadas con la tía Marina (que por lo acabada que luce, a su lado, parece ser su mamá), padre de cinco excelentes profesionales, abuelo y bisabuelo de una larguísima lista de muchachitas y muchachones.

A pesar de llevar, a cuestas, casi 80 años, el tío Manuel, es un atleta a tiempo completo. Cada vez que lo iba a visitar a su enorme casa de Chorrillos, siempre, me hacía una demostración de su destreza física y de su envidiable estado de salud. La última vez que lo visité, fue hace cuatro años y fiel a su costumbre me invitó, y en primera fila (S-VIP), a su espectáculo.

En el jardín de su casa, había un árbol que por sus dimensiones podría decir que era tan viejo como él. Era muy alto, robusto y tenía gruesas ramas y en un par de ellas había acondicionado un trapecio y unas argollas. Con el torso desnudo, mostraba su pecho de Tarzán jubilado y unos brazos perfectamente torneados; iniciaba un calentamiento que me provocaba mucha gracia, como cuando era niña. Respirando hondo, abría los brazos como una paloma a punto de echar vuelo y luego sobre el mismo lugar iniciaba una marcha rápida, tocando con las palmas sus rodillas que prácticamente daban contra su estómago.

Con toda la parsimonia, la pompa y el donaire de un cirquero se encaramaba con mucha agilidad en las argollas. Su piel, muy preta y su pancita de sapo disecado parecían a punto de estallar. Formando una cruz perfecta en lo alto me sonreía. Luego, pasaba al trapecio. Con mucha dificultad, apoyaba fuertemente sus manos en el trapecio; los músculos de sus brazos echaban humo; con los pies en lo alto parecía elevar una plegaria al cielo, para luego dar un par de vueltas. Yo, me sentía mareada de sólo verlo dar tantas vueltas como un trompo. Él, sabía muy claramente que me estaba impresionando y eso le complacía de sobremanera. Empapado su cuerpo en sudores descendía al suelo raso.

Allí no quedaba la cosa. Venían, ahora, las "planchas". Colocando su cuerpo sobre el suelo iniciaba una seguidilla de trecientas. Muy ufano me dijo que hasta un año antes hacía quinientas, pero, por una operación a causa de una hernia y por recomendación de su médico había tenido que reducirlas, muy a su pesar, a sólo trecientas. Yo, apenas puedo veinte y descansando todavía. Era su costumbre, cada cien "planchas" escupir pero al hallarme presente y por temor a ofenderme con ese detalle se aguantaba las ganas. Al final, me "regaló" veinte "planchas" más, pero éstas con una sola mano. Un excéntrico total.

Otros recuerdos que me abordan en éste instante, es ver al tío Manu en su bicicleta y haciendo piruetas sobre ella. Un loco adorable. Papá me contó que de joven, el tió Manu, se metió de torero. Aunque aficionado, era uno de los que más riesgo asumía. Temperamental y terco, como todos en mi familia, era infaltable en el toril de Huallanca todos los julios. Con más ganas que destreza se ponía al frente de cualquier toro. Una cogida le quitó de plano el gusto por la tauromaquia.

Su rostro bronceado, sus cabellos cenizos, su bigotito infaltable y esas arruguitas que se le formaban a la altura de los ojos cada vez que esbozaba una transparente sonrisa son entrañables. Cuando yo era niña, me cuentan, me levantaba con uno sólo de sus brazos y yo que permanecía quietecita en los aires como una perfecta partenaire.

La tía Marina había envejecido rápido. Cada vez que caminaban juntos era una constante ver a la tía Marina dar unos pasitos lentos y cortos y al tío Manu muy erguido apurándola. A pesar que el tío era un machista, ella lo adoraba. Era muy gracioso formar parte de una conversación con ellos. Una vez el tío Manu me explicaba como preparaban el jamón en Huallanca. Yo no estaba muy pendiente de los pasos a seguir sino de todos sus ademanes, sus gestos, muy ricos por cierto, como si cogiera una porción de nada y lo pusiera en un río inexistente... La tía Marina le corregía en alguna indicación mal dada pero el tí Manu la callaba toscamente y la tía me sonreía ("Así es...", parecía decir).

Bueno... ¿Qué más?... Te quiero tío Manu.

(Anoche papá y Laura llegaron del hospital. El tío Manu, aunque delicado está estable. El sábado le van a colocar un by-pass. El tío Manu tiene un enorme corazón y estoy segura que esta operación será tan sencilla como un par de "planchas".)

corazon(2)_bg

9 Comments:

Blogger patton Dijo...

Ojalá y así sea. Tan fácil como una plancha.

9:35 a. m., agosto 26, 2005  
Blogger patton Dijo...

..Cosas de Charles Atlas y de Johnny Weissmuller ... ellos dejaron toda una generación completamente obsesionada con el culto al bícep.

9:49 a. m., agosto 26, 2005  
Blogger Rain (Virginia M.T.) Dijo...

Ésos recuerdos de infancia se graban como fuego. Te pintan al recordado como alguien que jamás
olvidarás.

Fuerza para tu tío Manuel.
Si lee tu post, de hecho, respirará hondo y su orgullo será su alegría, o sea su su niña Beba.

2:16 p. m., agosto 26, 2005  
Blogger Salvatiere Dijo...

Claro que todo saldra muy bien, ya veras. Una de esas velas que llevo en el alma, puestas en mis esperanzas para tu tio manual.
Saludos.

5:18 p. m., agosto 26, 2005  
Blogger Beba Newmann Dijo...

Gracias Patton, gracias Vir, gracias a todos...

7:12 a. m., agosto 27, 2005  
Anonymous Anónimo Dijo...

Bien por el tio Manuel no se si estará aun con nosotros pero seguro siempra estará presente su "Huallanca"

10:42 a. m., enero 22, 2006  
Anonymous Anónimo Dijo...

Keep up the good work » » »

7:34 p. m., abril 25, 2007  
Anonymous Anónimo Dijo...

Buen relato , BEBA NEWMAN y claro que tambien me traslada a mi HUALLANCA.
y que el Tio Manuel estè bien..estè donde estè.
Saludos huallanquinos

3:04 p. m., noviembre 09, 2010  
Anonymous Anónimo Dijo...

Buen relato , BEBA NEWMAN y claro que tambien me traslada a mi HUALLANCA.
y que el Tio Manuel estè bien..estè donde estè.
Saludos huallanquinos

3:04 p. m., noviembre 09, 2010  

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