lunes, agosto 01, 2005

Nadie me quita lo bailado

Finalizó, finiquitó, se hizo humo el largo fin de semana. No oí el discurso presidencial, no vi la gran Parada Militar y siento que no me perdí de nada extraordinario. Harta gente me pregunta: "¿Viste la parada militar?" y yo pongo mi mejor cara de... pedo, mejor preguntame la hora. Estuve en mil y un lugares distintos, sin prisas, preocupaciones, totalmente distendida; hice tantas cosas que aun me cuesta creer que las haya hecho todas. Sin embargo, todo, ahora, me parece lejano y distante pero nada ni nadie me quita lo vivido ni lo bailado.

El viernes organicé la matiné de Valery. Todo salió bien pero no perfecto. Encargué a una amiga la elaboración del pastel del cumpleaños. Quedamos en que lo iba a llevar a las cuatro de la tarde. Dieron la seis, la fiesta en su apogeo, harta gente menuda y el pastel que brillaba por su ausencia. Llamé repetidamente al celular de Teresa y la misma respuesta: "Lo siento en este momento no puedo contestar..." (me recordo a "Mariana"). La desesperación cundía. Yo misma participe en el diseño del pastel y este que jugaba a las escondidas. Dieron las 7 y diez minutos y apareció el pastel. Me dieron ganas de matar a Tere pero le perdoné la vida por esta vez. Para la ocasión, le compré un hermoso vestido blanco; me costó un ojo de la cara; Vale lucía divina pero, aquí viene el pero, lo ensució a los 5 minutos de haberse iniciado la fiesta con la mazamorra morada. La sustancia glutinosa, estridente hecho a perder el vestido. A pesar de estos pequeños imponderables la fiestita resultó muy simpática y entretenida.

El sábado por la mañana, fui a despedir a Giampi al aeropuerto. Postergó su viaje a España por el accidente que sufrió hace un mas de un mes, tal y como consigne en un post anterior. Físicamente quedo muy bien pero presenta ciertas lagunas u olvidos. Un amigo común le estuvo hablando por mucho rato y cuando este se retiro, Giampi, me confeso al oído: "Y este won quién es?". Me contó también, que días previos había ido a una peluquería. Conversando con la peluquera ella le dijo: "Por aquí cerca, hará cosa de un mes, atropellaron a dos chicos...". Giampi le iba a decir que él fue uno de los accidentados pero la señora prosiguió: "...atropellaron a un español sobrado y a un ratero..." (Plop). Giampi cambio de colores y se tuvo que tragar el sapo (¡Exijo una explicación!). Las apariencias engañan.

Por la noche, fue a la despedida de soltera de Katherine, otra prima que también decidió cambiar su condición de feliz soltera por la de "señora de". Parece una epidemia. Espero que no sea contagioso. En la reúna, todas , incluso yo , hicimos el ridículo. Jamas había hecho el ridículo tantas veces seguidas y en un espacio de tiempo tan corto. De solo recordarlo se me enrojecen las mejillas. Talvez algún día cuando logre sobreponerme a la vergüenza, cuando logre superarla me anime a postearla.

Todo el domingo la pase con Valery. Quedo cortisimo el domingo. Rendida, agotada di por concluido este fin de semana largo.

Dejé pendiente la lectura de "Matalaché", un libro hermoso, con un texto elegante, salpicado de mucha sensualidad y "La Historia de Mayta", de Mario Vargas Llosa. Espero retomar la lectura en estos días.