Un caso de brutalidad policiaca...

Una mañana fría, refría. Una mañana muy de mañana. Una mañana que aún no era mañana. Una luz incipiente, una luz en pañales que pedía permiso con timidez y hacía sus pinitos y calistenia matutinos... Una chica despierta, una chica dormida, al final yo semi-dormida o semi-despierta, tiritando de frío en esta mañana que más parecía madrugada. Extraño el agua tibia, de la ducha , deslizándose y cayendo como un manantial pasional sobre mi estructura corpórea, sobre mis cabellos, mi espalda y su promiscuo recorrido hasta llegar a mis pies... Acurrucada, haciendo la meme sobre un semi-tibio asiento de una custer que me conduce a mi primer día de trabajo y de pronto, un chirrido agudo y gargáreo hiere a mis oídos. El vehículo frena en seco lanzando mi cuerpo hacia adelante, desperezándome de mi dulce y placentero semi-sueño. El chofer lanza una grosera espetación que hace eco en la garganta de su cobrador. Presuroso, coge, a la altura de su frente, de detrás del espejo una mica conteniendo papeles y más papeles. Abre la puerta del lado del volante y de un brinco chapulinesco da pie con asfalto. Un hombre uniformado de verde le da alcance. Éste, luce joven, bisoño y entabla un diálogo con el chofer, quien se afana en mostrarle cada uno de los papeles que yacían en la mica. El chofer, gesticula, habla con las manos y todo el cuerpo. Sus movimientos, son bruscos y repetidamente menea la cabeza en gesto desaprobatorio. Parece que no han llegado a ningún "acuerdo". La gente de la custer se muestra impaciente y reclama la devolución de sus pasajes. El policía, algo timidón se acerca al vehículo y dice: "No va". El cobrador con un mohín de disgusto y unos labios que dibujan cientos de imprecaciones inicia la devolución del dinero. El policía reinicia el parlamento con el chofer, después de unos segundos el, mismo, policía regresa al vehículo y dice: "Ya no bajen...". Más de la mitad de la gente ya se había ido... "Qué tombo más bruto, no la sabe hacer..." esboza risueñamente un curioso circuntancial , de esos que siempre están en el momento justo para ver lo que pasa y soltar la moraleja del caso: "Bien bruto..." me repite como esperando un comentario mio...

Esta, sólo es una pequeña muestra de lo que a diario ocurre en nuestro país. Las leyes y normas están hechas para violarlas o hacerse de la vista gorda con la ayuda de don dinero. Otro caso similar me pasO al solicitar mi certificado domiciliario que necesitaba para presentarlo, junto con otros documentos, en una agencia de empleos ubicada en el distrito de Miraflores. En la puerta de la comisaría rezaba, aburrido y cubierto de telarañas, un pequeño cartel: "Todo trámite es gratuito". Se "supone" que éste trámite dura 24 horas, es decir te entregan el certificado al día siguiente de presentando tu recibo del Banco de la Nación y el formulario con tus datos. Pero, ¡Oh Maravilla! ¿Milagros de la era moderna? Te la entregan al instante por un módico precio de dos soles o cuatro periódicos de 0.50 o gratis si eres una chica linda... El hombre de verde se esmera en llenar de firmas, y todas distintas, y sellos, y todos distintos, el bendito certificado. Ni en internet puedes observar un servicio tan, pero tan rápido...

Hace un año o más todos fuimos testigos como un "padre de la patria", dirigente deportivo también, ninguneó a un oficial de alto cargo y le arranco gafete... No uno, sino varios casos...

¿Puede alguien decir, "honestamente claro", que no ha pagado jamás una coima al hombre que representa a la ley "justa y ciega". Definitivamente, a la policía no se la respeta ni se hace respetar.