¡La Felicidad JA JA JA...!

A punto de formatear mi disco duro por enésima vez, backup-peando todo lo que pueda "servir" me topé con algunos escritos que publiqué en mi anterior blog y la verguenza se apoderó de mi y la pregunta que llega con mas prisa que volando es: ¿Cómo carajo pude escribir eso? (y yo que riño a los figuretti, y soy una figuretti en potencia)... Bueno, al mal tiempo, buena cara. Y a pesar de la forma en que escribí lo que escribí, algo de verdad tiene y no me queda otra cosa mas que reir. Espero que quienes hallan leido este post no se molesten, en todo caso, esta republicado para quienes recién me leen y piensan que soy una mansa paloma... No se guíen de las apariencias...

Después de estar a punto de cortarme las venas con una galleta soda; después de hacerme el hara-kiri, una y otra vez, con el lapiz labial, retorno; repuesta, fresca y desenfadada. La Beba no está para deprimirse; no se constriñe ni se agazapa; al mal tiempo le muestra su mejor perfil y se regenera de las cenizas como el pollo Fénix ¿Ó el ave Fénix?; sorry, es que me dio hambre y muero por un pollito, sus papitas al vapor y harta mayonesa. Qué placer chuparse los dedos mientras leo algunos comentarios y veo las weblogs de los autores, gracias. Sólo diré, para cerrar éste parágrafo, si lloré (y mucho), fue en un tiempo pretérito perfecto simple o indefinido, que en lo sucesivo no formará parte de mi futuro imperfecto (Espero que Albertito no lea estas líneas ni me riña por los errores cometidos, aunque las nalgadas que me daba al cometerlos eran y serán entrañables). Por lo pronto me verán saltando y cantado, en la noche, en el concierto de Bacilos; después, un par de días en Buenos Aires, cortesía de papá, para desintoxicarme de los malos recuerdos.

Por mucho tiempo, tuve un miedo visceral a quedarme sola. Experimenté la "soledad" un par de veces; empero, cada vez que me pasa lo "siento" más imperceptible o no me afecta tanto como lo hube imaginado en ratos sentimentales o romanticones. Quieres, amas, odias, olvidas en períodos, relativamente, cortos, y cada vez que sucede mi piel se torna más gruesa y más ajena (me sonó a ancho y ajeno), y tus sentimientos, si quieres meterlos en el tema, se estiran como chicles adaptándose a un nuevo estado. Apropo, hace poquito, estuve presente en una discusión en donde el tema principal rodaba por un extremo en que los seres humanos nacemos y crecemos con sentimientos básicos; y por el otro extremo en que los sentimientos tienen orígenes culturales y orales, es decir, que cuanto mayor tu bagage definicional mayor la cantidad de sentimientos existentes... Explicarlo ahora me tomaría darle la vuelta al mundo en patines, por lo que, no estoy dispuesta a añadir una sílaba más al respecto. La Beba no está para discusiones filosóficas ni tentativas para hallar las respuestas a todas las preguntas que abruman a cientos de cerebritos en crisis existenciales perdidos en tiempos muertos e improductivos.

Los temores, si no los enfrentas, te paralizan, y también, distorsionan tu percepción de las cosas a tu alrededor, te pierdes de muchas cosas. Muchas veces temí a la mentira. Temí al decir sí y ser parte de una relación dudosa e impregnada de desconfianza. Empero, me arriesgué una y otra vez. Creí en la mentira, aún dándome cuenta de su naturaleza; porque quería formar parte de un "mundo real" aunque lleno de verdades a medias o medias verdades, mentiras piadosas, mentiras blancas y mentiras rosa, empero necesarias. Mentí también, porque quise ser feliz y no sentirne sola. Elucubré pensamientos que crearon un mundo desleznable como castillo de naipes, pero feliz: Moda, diversión, amigos (comprados, alquilados y por delivery). Honestidad, sinceridad, palabras bonitas que rebotan en los muro y sin que nadie los coja. Superficialidad, banalidad, desenfreno: Copilotos en mi ruta por la vida.

No me pidan seriedad; no me pidan madurez; no me pidan cabeza fría; sólo déjenme vivir, a mi modo, mis 17 (casi 18) años. Déjenme tropezar, caer y levantarme. Ayúdenme, si pido ayudo; abrácenme, si necesito afecto; denme la espalda, si me muestro caprichosa; pero, no me priven de su presencia: Sincera o afectada, cercana o lejana, paciente o impaciente, trascendental o superficial, equivocada o certera, etc.

La vida aún me depara muchas cosas bonitas o terribles, y no me cierro a lo que sobreviene. Sólo pido una cosa: Que no se dejen cegar por mi cara bonita o linda cuerpo (estado pasajero), soy más que eso. No me prejuzguen; tampoco me condenen si yerro, reacciono o actúo mal; si callo o grito incoherencias en un mal momento; si río o lloro como niña; si lastimo a alguien por ignorancia o con premeditación. Soy un poco de todo y a instantes. No soy mala ni buena (yin-yan); soy una mezcla tentando equilibrio; que busca aprender perdiendo y ganando; respetando mis temores, pero no rehuyéndolos ni llenándome de aprensiones, paranoias o intemperancias.

Soy feliz como soy y no me plantó en ello; quiero avanzar; estar arriba de la montaña rusa y aventurarme en sus ondas y altibajos; soy feliz al amar entre sábanas carmesí y al andar descalza en el piso frío; soy feliz mientras pienso, camino o me siento. Y soy feliz, muy feliz, porque me siento viva.

¡La Felicidad JA JA JA...!