El suicidio ya pasó de moda...

Hablar sobre suicidio, siempre, resulta difícil. A propósito del post de Impazziti o Zezé, he decidido republicar un post sobre el tema:

¿Qué es lo que puede motivar a una chica de 17 años a quitarse la vida? Bueno, a propósito de la noticia que escuche esta mañana, me puse a pensar al respecto. No me lo plantié como un caso hipotético sino como algo que en un par de ocasiones me tocó vivir...

No se puede hablar de motivaciones cuando es precisamente la carencia de éstas las que nos lleva a actuar de manera impensada, totalmente irracional, como un acto reflejo o como respirar.

En primer lugar te sientes sola y si no lo estás, te sientes totalmente incomprendida por todos los que te rodean. Pierdes la diferencia entre amar y desear la muerte, te da igual. Dejas de pensar y dejas, también, que te envuelvan tus emociones más extremas. Sientes una tristeza profunda, una pena inmensa que te obnubila cualquier atisbo de amor propio...

La primera vez que lo intenté, fue por una decepción... Sumado a unas gotas de alcohol, el sentimiento autodestructivo se multiplicó por cien. Sientes que al perder a esa persona, el Mundo se acabó... que no existe más nadie. Y que no volverás a querer a otra persona como lo hiciste. No piensas en el futuro ni en la posibilidad de que este te deparará conocer a otras personas. Simplemente sientes que al terminar esa relación se acabo con ella tu vida. Seguir adelante se vuelve una pesadilla y que no podrás soportar otro mañana sin él... Y ya a punto de hacerlo, con las pastillas en la mano, con las pastillas que te conducirán al sueño eterno, al lugar donde no existen las presiones ni el sufrimiento, surge un Angel; yo llamo "Angel" a mi mejor amiga y que con una bofetada te hace entrar en razón... Las palabras lindas, los discursos perfectos o los consejos a veces muy bien planteados no sirven. La bofetada me dolió y se la devolví... y me la volvió a dar y, ahora, doble y yo: ¿Por qué me pegas "hermana"?. "Porque te lo mereces estúpida de mierda...".

Siempre me habían hablado con palabras bonitas y en ese momento necesitaba una cura de burro para poner los pies sobre la tierra y empezar a quererme: Sino empiezo por mi misma, no puedo esperar que otros lo hagan por mí. Cierto, que hay cientos de excusas que te conducen nuevamente al mismo precipio emotivo. Si lo intentaste una vez, el efecto rebote o recaída suele ser mas fuerte. Te olvidas de tu ángel. Ahora te sientes presionada, todos quieren lo mejor de ti y tu no puedes retribuirlo... Esta vez, la ultima (lo prometí y cumplo) me salvó mi propia "cobardía" y pensar que la vida, a pesar de todas las cosas malas que te da, de todo lo terrible que puede lucir el panorama, siempre te otorga una revancha.

No soy un buen ejemplo, pero si puedo hacer algo para salvar una vida lo haré. A aquellos que son padres ya: No presionen tanto a sus hijos, no los critiquen, tanto, por las cosas que hagan (buenas o malas); y si lo hacen denles, también, la misma dosis en afecto. Te pueden gritar, pegar (en el cuerpo y en el alma) y llamar la atención mil y una veces, pero, un fuerte abrazo y unas palabras sinceras todo lo curan.

Solo hay dos caminos: El fácil y el otro, que involucra renacer de la desesperanza y volvernos más fuertes.


Tu decides...