El lindo viaje de Micaela
La travesía de Micaela principió un jueves de una típica noche limeña: garúa, humedad, ventiscas, frío reinante. Nada mejor que una cafarena de cuello alto, muy alto, un abrigo con forro de peluche, una bufanda escocesa, una coqueta gorra de lana roja, unos guantes rosa y unos jeans para contrarrestar a las travesuras de la naturaleza (¡Qué lisura no!).
Era su primer viaje a la tierra de sus abuelitos maternos. Micaela, no viajó sola, lo hizo acompañada de sus padres (Claudio y Ethelle). El destino, Huallanca. Ciudad ubicada en la provincia de Bolognesi, departamento de Ancash.
El viaje, en bus, tuvo una duración, aproximada, de 11 horas. En los primeros momentos, Mica, pegando su nariz a la ventanilla, observó como fueron quedando atrás Lima y su caos organizado. Mas adelante, lejos del mundanal ruido, pudo apreciar, un firmamento despejado y salpicado de chispitas fulgurantes. Una a una, fue contando las estrellas y muy pronto recibió la invitación para asistir al mundo de los sueños. Sus párpados, cada vez mas pesados, se cerraron como persianas cubriendo dos hermosos luceros.
Toda la noche y la mayor parte de la madrugada la pasó acurrucada sobre el pecho de papá Claudio, arropada con un pequeño cobertor. Abrió sus ojos a las cinco de la mañana. Se encontraban próximos a las minas de Huanzalá. Subiendo por las laderas de un cerro y recorriendo un camino que le recordó a las serpentinas de su ultimo cumpleaños, sintió, cierto malestar, un ligero mareo y un dolor en la base de la cabeza. Su rostro, antes llenito de color, había tornado a uno pálido que alarmó a sus padres. Su boca amoratada alcanzó a proferir: "Esto ya no me está gustando", antes de que el mundo diera vueltas y las arcadas, producto del soroche, dominara a su pequeño cuerpo...
Dos horas después, algo más recompuesta, arribaron a Huallanca. Los abuelitos, Alfonso y Rosaura, los esperaban en la terminal. Mica, algo débil, alcanzó a saludar a sus abuelos antes que el sueño la invadiera y buscara los brazos de papá.
Durmió hasta mediodía. Al despertar, no tenía apetito. Rechazaba, meneando la cabeza, cualquier muestra de atención que viniera con un plato de por medio. Sintió voces infantiles. Se calzó las zapatillas y salió a indagar. Media docena de niñas correteaban por la casa. Apenas descubierta, fue rodeada de un grupo de pequeñas curiosas que le hicieron muchas preguntas y todas al mismo tiempo. Mica, aun mareada, despejó todas las dudas de la mejor manera. Pronto se asimiló a aquel tropel, que deberían de tener algún parentesco con ella. Lo que más le llamaba la atención a Mica eran sus enormes chapas coloradas. Intento jugar pero se agitó muy rápido por lo que se sentó a descansar.
Aquellas niñas tenían la edad de Mica pero por sus tamañitos parecían ser mucho menores. Mica, larguirucha, ojos oscuros, una pizpireta nariz y una sonrisa contagiante se ganó muy pronto el cariño de chicos y grandes. Lo de su apetito seguía siendo un problema. Nada le apetecía. Mamá Ethelle le preparó leche que bebió con cierta reticencia. La abuela Rosaura, la llevó a conocer a toda la parentela. La Abu se mostraba orgullosa de su pequeña nieta. A cada casa que llegaban eran muy bien recibidas y Mica en sus trece, como queriendo conservar la línea.
La llevaron al toril por la tarde. Las corridas no le gustaron en absoluto y sobre todo ver el triste espectáculo de espontáneos totalmente ebrios en pleno ruedo. Dentro del espectáculo estaban sus primos mayores, recién llegados de Lima, quienes vestidos de payasos hacían las delicias del publico. A Mica le pareció todo muy tonto. Lo único que le llamó la atención fueron los trajes de luces de los toreros y de los estudiantes. Al día siguiente, la abuela le pregunta si quería ir, nuevamente, al toril y la respuesta fue:NO. La familia de Mica es cultora de la tauromaquia. En el árbol genealógico hay varios toreros e incluso una torera. Definitivamente, esta no es la línea de Mica.
La llevaron a los baños termales. Le encantó el agua calientita. Por la cantidad de visitantes llegados de muchos rincones, el tiempo de permanencia en los baños era de solo media hora. La llevaron a La Unión, distante a ¾ de horas de Huallanca. La Unión, pertenece al departamento de Huánuco. La historia familiar es muy rica y en cada visita le recordaban algo de esta. Una de las historias que más le impactó, era la que mencionaba al tío Rosendo. Mica, conocía perfectamente al tío Rosendo, quien ahora vive en Chorrillos. Un rumor popular, muy arraigado, decía que el tío Rosendo había sido, en su juventud, un pisthaco. Una especie de sicario a quien contrataban para hacer unos "trabajitos". Su ferocidad, su frialdad a la hora de eliminar a sus víctimas era legendaria. Mica, se mostraba totalmente incrédula y con un escalofrío recorriéndole la espalda; aunque también, pienso yo, muy poco el tino al contar aquellas historias delante de la pequeña.
Un par de veces saboreó helados hechos de manera artesanal. En un envase lleno de leche, colocaban alrededor hielo; y moviéndolo con un cucharón preparaban un delicioso helado. Veía con mucha atención como colgaban carne como si fuera ropa y ver que a pesar del paso de los días esta permanecía fresquita; el ambiente actuaba como un refrigerador. Se acercaba a la cocina y veía como preparaba la shompa: bolas negras que utilizaban como carbón en las cocinas del lugar.
Sus días pasaron entre Huallanca y la Unión; entre conversaciones de adultos y juegos con niñas de su edad. Los últimos días se mostró totalmente independiente. Podía recorrer el pueblo entero sin perderse. Su madre preocupada la fue a buscar en mas de una ocasión y Mica molesta le decía que la dejara jugar en paz.
A pesar de su aburrimiento e incomodidad por las corridas de toro, decidió ir al cuarto y ultimo día del "espectáculo". Acompañada de sus nuevas amigas, de sus padres y abuelos. Esta vez, estuvo mas contenta y menos aburrida; e incluso ayudada por mama Ethelle bajó al coso para tomarse una foto con los toreros extranjeros. Habituada a la altura y al frío, pasó sus ultimas momentos en Huallanca jugando hasta altas horas.
Una de las cosas que más la conmovió fue la pobreza, no material, humana de la que eran víctimas los niños del lugar. A muchos los vió como la misma ropa toda la semana. Sus chapitas estaban cubiertos de suciedad; mientras que sus padres la pasaban bebiendo, mucha gente menuda pasaba las de Cain. La abuela Rosaura, les daba de comer con la condición que hicieran labores menores; tenían que ganarse la comida. A Mica, siempre le enseñaron a lavarse las manos antes de comer y a bañarse todos los días, por lo que ver todo aquello le pareció algo inaudito.
Las despedidas siempre son tristes. Le regalaron la piel de un carnero para que lo colocara en su cama de Lima. La abuela Rosaura lloró al despedirla y le hizo prometer que volviera al año siguiente. El abuelo Alfonso, siempre serio e incólume esta vez se puso como un flan y permaneció abrazado a su nieta por mucho tiempo. Sus amiguitas, le decían: "¿Undi ti vas?, "No ti vayas". Mica, con los ojos brillosos les dio los últimos adioses, moviendo sus deditos, desde la ventanilla del bus.
Fotos de Huallanca (en esta web ponen que Huallanca queda en Huánuco, una confusión por la cercanía. Huallanca queda en Ancash, aunque tiene una rica historia ligada a pueblos huanuqueños):
Fotos de Huallanca
7 Comments:
La hora incorrecta...No sE como poner la hora correcta... lo escribi anoche y lo poblique a las ocho aprox. de la mañana de hoy.Gracias por las preocupaciones.Suertes compartidas.
Creo que ya estA a la hora. Gracias por el detalle.
Very cool design! Useful information. Go on!
Hiking the libyan desert
q fea es ventanilla a horrible y asi se hacen los buenazos
asu q horrible lima ohorrross especialmente ventanillaaun q alli viva mi amor q imoporta como sera el d feo tambien jaja q wena
esas son las mejores fotos q tienen entonces como seran las peores jaja uy deben ser bien feos todos los d ventanilla lima
UNDI TI VAS ? NO TI VAYAS? esas forma de expresarse no se escucha en HUALLANCA..al menos en la Ciudad no...
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