¿Existe vida extraterrestre?

Sumamente pegajosa la cancioncilla de Close Encounters of Third Kind de Steven Spielberg, ¿no?. Está mucho mejor que aquel cha-cha-chá de la época del Rey Pepino que oí en casa de tía Paula ("Los marcianos llegaron ya, llegaron bailando cha-cha-chá...) y que me causó mucha gracia.

Bueno, como lo dije alguna vez, mi destino no está en este Mundo, y no es porque haya decidido coger el atajo del suicidio. ¡No, que báh! Al contrario planeo ampliar mis horizontes -como diría el tío Fernando con sus consejos, infaltables, de los domingos por la tarde a los que siempre me mostraba de lo más aburrida con tanto parloteo sin ton ni son- con mis clases de astronomía.

Divagando, mientras que por mi mente transita la cancioncilla de "Encuentros cercanos", y contagiada por la enorme imaginación de Sammy doy total rienda suelta a la mía: Viajes interestelares, paseos lunares, toures a planetas y universos con nombres impronunciables... Coger mi mochila y viajar, tan fácilmente como coger la bici y dar la vuelta a la manzana...

Sammy es sumamente aficionado al discovery y a una página web ( Ovnis.Tv que lo atormenta y llena de dudas y suposiciones de las más descabelladas. No soy la reina de la cordura y de vez en cuando lo acompaño a sus viajes virtuales e imaginativos: ¿Qué tipo de ropa será la más adecuada en un viaje al espacio?. "El negro no pasa de moda" -parece responderme mi otro yo-, lo tendré presente... Sin embargo, algo preocupa a Sammy, niño de doce años, alumno destacado -desarrolla operaciones matemáticas mentalmente. Yo no puedo ni con la tabla del cinco- y aficionadísimo a la astronomía y ciencias afines, amante de las pastas (y no me refiero a aquellas pastas -sumamente dañinas pero deliciosas, como diría Flavio- non sanctas sino a las que le gustan a Garfield. Apelativo que suelo usar cada vez que me dirijo a Sammy por lo relleniro que luce y la voracidad de su apetito). Ahora lo veo tenso y preocupado, ensimismado y meditabundo. Parece a punto de hacerme una trascendental pregunta pero se reprime al instante... Sumamente observadora y conocedora de los comportamientos ajenos -algo chismosa y entrometida en cristiano- le quiero preguntar por aquello que lo atormenta o incomoda pero igual me inhibo -la represión parece contagiosa- y continúo con mis labores.

Sammy, venciendo la timidez, se aproxima y lanza resueltamente una pregunta al viento: ¿Crees que los extrarrestres nos invadan?. Y yo cogiendo al vuelo la pregunta, respondo totalmente sorprendida: "What...?!!!". Sammy parece ahora arrepentido de haberme formulado aquella pregunta. Luce avergonzado -lo que me extraña es ésto último: VERGUENZA. Pensé que era algo que no tenía...). Se dirige a la mesa de comedor que está cerquita a mi escritorio y se sienta frente a un repleto plato. Es el segundo plato que le ha servido Marita -Sammy tiene buen diente- y devora a cucharadas a su "víctima". No deja de observarme y yo me adelanto, resueltamente, a su encuentro: "What...?, ¿qué pregunta es esa? Y me responde que ha visto en algunos diarios, en portada, una inminente invasión marciana programada para éstos días. "¡Ay Sammy!, también qué clases de medios lees. Pronto vas a ver un titular que diga que la Luna es de queso y vas a querer devorarla dando saltitos...". "Por eso no te quería pregunta Bea. Siempre te burlas pero a veces también me escuchas y hasta podemos conversar..." -replica Sammy, con un tono apesadumbrado y digno de lástima. Y yo: "Ok. Perdóname Sammy, por lo burlona que suelo ser... Ya sé que lo leíste en un periódico pero algunas cosas que salen por ahí no son precisamente ciertas... -hablando con la experiencia del caso- , los supuestos, los `habría` están a la orden del día...". "Pero es cierto Bea -replica mientras engulle una nueva cucharada- veo el discovery y hablan de vida en otros planetas... ¿conoces la fórmula de Drake?" -dice excitado. Y yo: "Sólo conozco al pirata con ese nombre... ja ja ja". "Te explico -sin hacer caso a mi tonta broma Sammy comienza a explicarme- con ella se puede estimar la existencia de civilizaciones tanto o más avanzadas que la nuestra... No somos los únicos... bla bla bla...". Bueno, con argumentos científicos yo no meto. Ahora me va a salir con que hay un Dios en cada galaxia. Tremenda lección que me está proporcionando este mocoso de marras y yo para variar: "No te preocupes tanto Sammy, que de seguro van a venir mucho después de que te acabes ese plato...". Sólo sonríe y algo dice entres dientes (CSM).

Bueno, no es necesario tantas explicaciones; a lo mejor, es cierto... Las probabilidades de que exista vida en otros planetas o universos es factible. Que nos visiten, que nos hayan visitado, o que nos visitaran es un hecho que no me consta pero dejo el margen de duda abierto... Si la imaginación de un niño es tan rica con tantos datos que recoge a diario, imagínense a mí buscando en la Net páginas con contenidos al respecto. Mi imaginación grande, la información voluminosa, sugestión galopante. Pienso que deberían etiquetar esas páginas web con: "Se recomienda leer este contenido en compañía de un adulto pero de un adulto sensato...".

Provoca escalofríos, pesadillas -y despierta ¿eh?-, urticaria, el sólo pensar que en otro planeta o galaxia existan un Fujimori, un Alan García y hasta un Toledo... Y todos juntos y revueltos. ¡Horror! Mejor cambio de película...