jueves, setiembre 08, 2005

NOSCE TE IPSUM

En las últimas horas he estado pensando, meditando, comparando..., sobre todo ésto último; tratando de establecer paralelos o puntos comunes entre la Beatriz de hace cinco meses y la Beatriz de ahora....

Cuando empecé a escribir, a través de este medio, no lo hice con un afán especulativo; sin embargo, tampoco puedo negar, que me dejé llevar, en más de una ocasión, por la vanidad y un deseo, no premeditado, de llamar la atención. En esos momentos, sólo quería estallar y lanzar al viento mis cuatro verdades; descargando, mis odios y rencores más ignotos, sin importarme nada ni nadie. Sólo quería un poco de atención y recibir a cambio un sincero "no te sientas sola, estoy contigo".

Odiaba a mucha gente, odiaba a mi padre, me odiaba a mí misma. No soportaba verme al espejo, y no porque no me gustase lo que en él se reflejaba, sino, por todo lo que aquella imagen representaba para la Beatriz de entonces: Me veía a mí misma en el cuerpo de mi madre; idénticas como dos gotas de agua pero muy distintas en el fondo. No podía compararme con ella..., la sentía tan perfecta, tan segura, capaz de generar amor, tanto para dar como para recibir.

Cuando murió, sentí que, murieron, con ella, mis sueños. De allí en adelante todo se convirtió en una pesadilla. Sentí, que me la habían arrebatadado y culpe a Dios y a mi padre, y los odié a ambos. Y me sentí sola. Tenía 8 años pero pude percibir con total claridad lo que era la muerte, tan cerca, tan real... Me negué a sentir afecto y menos a expresarlo por temor a perderlo, como a mi madre. La amistad, el amor, los sentimientos se convirtieron en artículos descartables o herramientas de manipulación. Manipulaba a las personas hasta conseguir cada uno de mis propósitos y una vez conseguidos los arrojaba a la basura.

Si lloraba, lo hacía lejos de la vista de todos para no despertar la lástima de nadie; no soportaba las miradas compasivas ni los infaltables "pobrecita"; sentía que esas miradas estaban al pendiente de mi desmoronamiento interior y no les quería dar el gusto. Me puse una máscara de autosuficiencia aunque por dentro era una lágrima.

Los años pasaron y me hice "fuerte" pero a un costo altísimo. Sacrifiqué muchas cosas. Nadie, podía determinar, a ciencia cierta, lo que pensaba o sentía. Me volví hipócrita. Podía sonreir, con todos los dientes, pero en el fondo me sentía una mierda. Decía "te quiero" para doblegar a cualquiera y en mi interior reirme de lo que provocaba.

Sólo a contadas personas les entregué un genuino cariño: Mi abuela y Valery. En el caso de Valery, me sentí reflejada en ella y quise darle todo el cariño que no recibí o que me fue cortado tan abruptamente.

Y en éstos últimos meses, como lo he escuchado en la boca de varias personas, siento que he cambiado. No sé si Uds. sentirán lo mismo, pero, yo así lo siento. Ya no quiero gritar ni maldecir mi existencia; ya no quiero culpar a nadie por cosas con las que seguramente nada tienen que ver. Ya no quiero llorar y no porque reprima mis lágrimas sino porque creo que no es la única alternativa. Quiero amar y sentirme, verdaderamente, amada.

¿He cambiado? Siento que sí, pero, no sé cuánto y si ese cambio sea permanente.

(L. M. :No me incomodó lo que me dijiste sino que no me sentía, como tampoco me siento ahora, preparada para responderte)

5 Comments:

Blogger El Isra Dijo...

De pronto, uno se da cuenta que el peso que te oprime se ha reducido y ahora puedes levantar un poco más la cabeza, ver el mundo de un ángulo distinto, más sereno... ánimo Beatriz, esos cambios son permanentes, estás madurando...

7:55 p. m., setiembre 08, 2005  
Blogger The Lizard King Dijo...

Beatriz,

Empezar con el clásico "Todos sufrimos golpes en la vida" ya está bastante gastado, pero no encuentro algo que lo reemplaze en este momento.

Todos sufrimos golpes en la vida, que nos van forjando la fortaleza de espíritu; lo que tu hiciste fué engañarte, y solo edificar una pared alrededor tuyo por temor a fracasar, o, lo que es peor, por temor a ser feliz. (ya que nunca sabemos qué puede pasar y en qué momento todo se va a la mierda).

Pero es AHÍ donde radica la belleza de la vida: En no saber qué va pasar. Si lo supieramos, que aburrida sería la vida.

No te conozco, pero me doy cuenta que eres una mujer inteligente, y por lo tanto, te das cuenta perfectamente de qué te sucede y, mejor aún, POR QUÉ te sucede, así que, ya sabes que hacer.

Una vez escuché algo que me sirvió mucho y espero que te sirva a ti también:

Uno trata de no querer o enamorarse o dar amor por miedo a que dañen nuestros sentimientos, pero....¿no es dañarlos también el negarlos?

Saludos,

LizardKing

8:07 p. m., setiembre 08, 2005  
Blogger Tu mami Dijo...

Comparto ambas ideas, se nota que tu cambio es para bien Beba... no dejes de sentir...

Salu2.

9:00 p. m., setiembre 08, 2005  
Anonymous Anónimo Dijo...

hay que seguir avanzando cada estapa tiene su momento y estado y es bueno pasar por ellos aún cuando no siempre sean positivos, estoy convencida que la vida no es la felicidad sino también las tristezas sin ellas no se vive, solo hay vacío. Seguiremos cambiando cada vez que sea necesario, siempre.

12:11 a. m., setiembre 09, 2005  
Anonymous Anónimo Dijo...

Todavia hay mucho camino por recorrer Beba , pero es bueno que uno siempre medite de sus acciones, para evaluar aquel proceso que para bien o para mal nos sirve para adquirir experiencia y asi aprender a fortalecernos y superar aquellos obstaculo en nuestro camino[o viceversa].Buen post Beba , reflejas mucho lo que sientes ahora :).byes cuidese

PD: no tengo problemas con que pongas mi nick o mi nombre , si es que pensastes que podria incomodarme ; aunque tb podria tomarse como privacidad , de igual manera siempre es bueno aclarar .

12:25 a. m., setiembre 09, 2005  

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