¡Maldita Primavera!
Generalmente me despierto muy temprano, entre 5.30 y 5.45 y a veces, antes, cuando la naturaleza así lo obliga -un reloj biológico que nunca falla. Mi hora de ingreso al laburo es a la siete de la mañana y mi presencia es sumamente necesaria, y no porque el cargo que ocupe sea el más importante, en la escala administrativa, sino porque soy la que carga con todas las llaves de las oficinas -una especie de "San Pedro" sin barbas.
A pesar de que mi cuerpo pedía a gritos descanso, mi mente parecía decir todo lo contrario -"no te duermas, se va a caer la cosa contigo dentro.."- y se mostraba atenta a cualquier ruido, movimiento o a la más leve brisa exterior. El temblorcillo de marras me había puesto saltona y había activado en horas no adecuadas mi espíritu de supervivencia.
Recién a las cuatro de la mañana pude pegar un ojo, el otro demoró en seguir el ejemplo media hora más... Desperté de buen humor y sin temores tontos. Mientras me estiraba cuan larga era -y soy-, pude ver que a través de la ventana se cernía una luz tenue, casi primaveral... !Joder que me quedé dormida! Pero nada que ver, simplemente que clareó más temprano hoy. Eran 5:40 pero parecía pasadas las seis. ¿Tenía razón Carmencita con eso de que un temblor trae un cambio de clima? ¡Náahh!!, eso es cuento de viejas. Total ya estamos en primavera o ¿no? Recuperada la calma fui defrente a la ducha.
El viernes, Sonia estrenó auto nuevo pero que ya no es tan nuevo por los raspones que le hizo al entrar y al salir del garaje. Estuvimos dando vueltas por el Golf de San Isidro, cerca del Hotel Los Delfines pero las calles o un par de ellas estaban bloqueadas. Sonia se aparcó a una lado para ver el motivo del atolladero y lo que pudimos ver fue que estaban realizando unas grabaciones por el lugar. Pude ver a una señora entrada en años, gruesa y vestida de negro para simular su contextura. A pesar de los siglos..., perdón de los años, la tía tenía su "jale" y concitaba la atención de algún incauto. La zona es tranquila, así es que no habían muchos mirones a la vista. Grababa una especie de video musical acompañada de decenas de niños, todos ellos con globitos. Después de media hora de andar de chismosas nos enteramos que era Laura León... "¿Y quién es Laura León?", esa fue mi pregunta tras escuchar su nombre... "No sé -me respondieron- pero debe de ser famosa".
El caos provocado por la grabación molestó a vecinos del lugar que salían de sus casa a cada instante para exigir que retiraran los vehículos del frente. Apenas salían -los vehículos-, otros se aparcaban con la consiguiente y recurrente molestia del vecino. Definitivamente, hay gente que se cree dueña de las calles.
Sonia, Me quiso enseñar a manejar pero lo que conseguí fue atropellar un perro. Sonia, me quitó del volante, puso quinta y nos perdimos del lugar. Me sentí culpable..., los accidentes ocurren... "accidentalmente"... Resumen de aquel día: Un viernes sangriento... y la conciencia percudida.
Esta tarde, cuando regresé de la oficina, pude ver en mi jardín -el exterior- florcillas lilas entre los sauces llorones. Un lindo espectáculo, hasta que Gitano, el perro del vecino, se meó sobre ellas -¿una venganza perruna? "Nada es casualidad".
Parece que llegó la primavera y con ella cambios en mi vida...
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