lunes, agosto 15, 2005

Un pekinés sobre el pastel de manzana

pekines

(Gracias Erick, por Harry Potter y el Principe Mestizo)

(Gracias a Juan P. y Ronald por los RadioBlogs)

Un tanto zurumbática por los efectos y efluvios de aquel infamante líquido embriagador me dejé conducir por automatismos hasta recalar, sin pena ni gloria, en el centro mismo del enorme sofá tapizado con girasoles que trajeron a mi mente los lienzos de Van Gogh y a su oreja...

Toda las cosas, a mi alrededor, parecieron cobrar vida propia. Estúpidamente, estuve a punto de pegar un grito, pidiendo auxilio, y despertar a los tíos, pero me contuve (después de todo, algo de sentido común había quedado). Las cosas, normalmente inertes, tenían ahora movimiento e independencia. E incluso el piso, que generalmente yace estático bajo mis pies, describía, ahora, a golpes de mi estado (cojuditis extrema), movimientos ondulatorios y caracolas similares a las olas de un mar inquieto y mordaz. "Esto ya no me está gustando...". Cuando los girasoles empezaron a danzar , a "ritmo de vals", alrededor de mis sienes y el sofá estaba punto de levantar vuelo y girar alrededor del planeta, cerré los ojos e intenté dormir. En más de una ocasión tuve que espantar al pequeño pekinés, "Gerald", que se solazaba (si cabe el término. Help me,
Kat) lamiendo mis mejillas y manos. La luz no me dejaba dormir. Pero no me dieron ni las fuerzas ni las ganas para apagarla; amén de mi temor a la oscuridad... Mi cabeza, siempre predispuesta al teje y maneje de historias, se llenaba ahora de aprensiones y resquemores con la forma de pequeños diablillos enfundados en trajes de marinerito. La última vez que bebo, i promise you..., por lo menos en esta semana. Hice, la firme promesa de jamás beber al sujeto inexistente sentado a mi lado... Poco a poco, con cientos de ideas revoloteando en los confines de mi cabecita me fui quedando dormida en medio de un sueño que involucraba a principitos y lacayos muy serviciales.

Sobrecogida y presa de un ahogo repentino, me reincorporé como con un resorte en el trasero. Las manecillas del reloj marcaban las siete menos de diez de una fría mañana dominguera. Todas las cosas alrededor parecían dormir, plácidamente, ahora. Sentí frío y más aun al ver mis pies apoyados en el piso marmolado. No había un alma en las proximidades y ni siquiera, el menor asomo, de Gerald ni de sus vanos intentos de seducción.

Cogí la casaca que me sirvió, durante parte de la madrugada, como cobertor y lo puse sobre mis hombros que se encogían por el frío que me agobiaba enteramente. Leves temblores y escalofríos invadieron mi cuerpo. Apenas me reincorporé, los dolores parecieron despertar, con cierto retraso, al primer paso.

Me sentí, ridículamente, infantil, como una bebe aprendiendo a andar, por la inseguridad de mis pasos. Percibí un ruido quedito proveniente de la cocina y pensé que no era la única despierta. El baño me llamaba, pero la curiosidad pudo más y primero fui a echar un vistazo a la cocina. Por extraño que parezca no encontré a nadie. Ahora trastabillaba por el adormecimiento y el latido tribal de mis pies acompasados con un ritmo frenético e inconstante. Seguro que la imaginación me estaba jugando una pasada y mas aun al oir, "para aprender a dominar a la naturaleza, primero hay que obedecerla...", una voz en mi cabeza y pensé en el cuarto de baño, no sin antes dar las gracias a don nadie. Cuando estaba a punto de dar la media vuelta, un ligero, casi imperceptible movimiento capturó mi atención sobre la mesita de la cocina. Pensé en ¡Ratas! y ya estaba a punto de correr los cien metros en 8.5 segundos cuando reconocí una forma familiar. Era el pequeño "Gerald" que dormía plácidamente en el centro de la mesa. Dicen que los chanchos vuelan... pero un pekinés... Pude colegir sin mucho esfuerzo por la silla proxima a la mesa que, "Gerald" se había encaramado a través de ella.

Pero, no estaba echado sobre el centro de la mesa específicamente sino sobre el mantel con un pastel debajo, ubicado en el mismo centro de la mesa. Era el pastel de manzana que tía Ethelle me había prometido para el desayuno. Los pasteles de manzana eran mis favoritos... la escena de un perro durmiendo sobre él, me quito el gusto repentinamente. Traté, por todos los medios a mi alcance, quitarlo de sobre el pastel pero sus pequeños dientes y su mal genio me hicieron desistir del intento. Despertar al resto, tan temprano, me pareció una crueldad. Derrotada, me dirigí al baño.

Después de hacer unas cositas. Me di un duchazo. El agua cayendo como un manantial calientito me despertó del todo. Permanecí mucho tiempo en el agua hasta que sentí que tocaban a la puerta. Me demoré mas en salir; espero, que quien tocó la puerta no haya sufrido algún percance.

Al salir del baño, me dirigí a la cocina. Para sopresa mía no había ni pastel ni perro. Obvio, seguro que fue solo un sueño. Fui al comedor y encontré, aun con ropa de dormir, a los tíos Gus, Ethelle y a la pequeña Micaela sentados alrededor de la mesa y saboreando sendas tajadas del pastel. No pude evitar hacer un mohín de asco. El tío Gus, dijo: "Pensé que te habías ahogado en la ducha...", se levantó y fue al baño. Tía Ethelle me invitó a sentar y me ofreció un trozo de pastel. Yo no lo acepté. "Pensé que era tu favorito...", dijo algo soprendida y yo: "Ya NO...", con un cargo bien pesado en mi conciencia.

Ailurofobia, aicmofobia, agrafobia, agorafobia, acluofobia, musofobia y ahora los mismos síntomas (palpitaciones, sudoración, tensión, dolores musculares, dificultad para respirar, vértigo, mareos, desvanecimientos, indigestión, diarrea, nauseas, etc.) al ver una pastel de manzana...

¿Cómo diablos se llama la fobia a un pastel de manzana?



pastel de manzana


Hoy, 15 de agosto, es el cumpleaños de mi papi. La promesa de no beber se la hice a "don nadie" y sin testigos a la vista, por tanto... ¡Muy feliz cumpleaños papi! (espero que el cuerpo resista).

6 Comments:

Blogger patton Dijo...

Aquí a esa fobia se le llama guayabo. (resaca? juma?).

Al final si fue sólo un sueño, un subproducto del alcohol ... ¿o sucedió en realidad? Me queda la duda, ¿sabremos la realidad algún dia?

12:50 p. m., agosto 15, 2005  
Blogger Man Ray Dijo...

Una historia parecida le sucedió a un eminente psicólogo en Lovaina. Hizo todo un estudio sobre el terror de su paciente a los pasteles de manzana y lo catalogó, según una traducción propia y antojadiza, como "Struddel Fobia"

1:52 p. m., agosto 15, 2005  
Blogger djmaghim Dijo...

AJJAJAJAJ ME MTE DE RISA CON LO DEL PERRITO, otra cosa mamita q te dieron de tomar ah para q te pongas asi ??? , cuando te invito un pastelito de manzana rico y calentito

3:49 p. m., agosto 15, 2005  
Blogger Enrike Dijo...

Este fin de semana por lo visto no ha sido alcoholizante solo para mi.
Hermanos/as del trago hay por todos sitios

10:23 p. m., agosto 15, 2005  
Blogger Lady Bathsheba Dijo...

holas beba! esteeee--como que llegué tarde para dar mi comentario..donde era q tenia q hacerlo? ando a full y apenas si salto al blog de Ernesto y Gang..y de la Tortu claro..me perdi? ches...avisame si?
ah! y gracias por el mensaje..si pues..no he de rebajarme..jaja..pero..como jode oe!
bye!

11:01 p. m., agosto 15, 2005  
Anonymous Anónimo Dijo...

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kjvrt!

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9:15 p. m., enero 04, 2011  

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