"... Si las computadoras hablaran" (RIP)

Mi computadora estalló (¡Se hizo mierda, Oye!). Interiormente todo lucía tiznado. La placa madre y todas sus hijitas (las plaquitas y liendritas:chips) tenían el aspecto de tostadas requemadas. La reacción fue en cadena y acabó con una micro-explosión-térmico-nuclear: Un honguito nebuloso y pestilente.

No la había apagado desde el jueves. ¿Seis dias de trabajo ininterrumpido es mucho pedir? Ya que no iba a estar, en casa, por varios días, la dejé descargando con el Ares videos musicales, pelas y canciones de todo género y subespecie. Apenas retorné, la vi con vida y trabajando con denuedo. Un par de horas después, cayo fulminada por rayos, truenos y centellas: RIP. El reloj marcaba las ocho con treinta y dos de un martes aciago.

La mitad de mi vida y secretos (top secret) "más" inconfesables se perdieron con ella, para bien o para mal. Ahora, yace durmiendo el sueño de los justos en el fondo del tacho de la basura. Mientras vivía, nunca le dije que la quería; le contaba mis cosas, ciertamente, pero jamas la oí retrucar. Si bien es cierto, que había caído en la obsolescencia, no merecía, creo yo, un destino tan nefando. Con ella, tuve mis primeras clases de voyeurismo y repostería. La engurria me cubre (¿Por qué te moriste maldita?), la mialgia me mata (sino te patearía el trasero), los recuerdos me atormentan (¡Olvidé sacar un backup...!) y la ansiedad se apodera de mi alma (¡Vete a la mierda... buh... y yo... contigo!).

Ahora, nuevamente a ser una transeúnte de las cabinas públicas; nuevamente a acomodar mis posaderas (culo) en una inficcionada, infame e indigna silleta de a ciento el montón; nuevamente, a compartir el mismo ambiente, la misma atmósfera, el mismo aire viciado con "pirañitas", "gileritos", "bacancitos" y un larguísimo etcétera que se divierten lanzando palabrotas, denuestos, blasfemias al viento (cosa que yo, particularmente, no hago ni volveré a hacer...), silbidos con no sé cuantos decibeles y otras demostraciones de inconducta e inmadurez genética. Odio el Gunbound y a los "genios" (¡tremendos manganzones que hasta hijos tienen caracho!) que se divierten con tanta algazara y estúpida ingenuidad. "!Cállense la boca carajo...!", me dieron ganas de gritar, pero me contuve porque soy una lady (y también una monse del chat). Publicar dos posts me tomó tres horas. El encargado del local me preguntó si deseaba continuar y yo: "No gracias, ¿tienes cambio de cien dólares?".

La cabina me salió gratis. Cumplí con ustedes. Ahora, a ponerme al día con el Liceo: 5 días de inasistencia injustificadas y una pila de deberes esperándome, y el deber no sabe esperar (y el cobrar, tampoco). Ver el lugar que ocupaba la PC me deprimió. El espacio, ahora luce vácuo; en el fondo, como mudo testigo de lo que una vez fue y que ya no es porque ya no está, la "Gran Composición" de Joan Miró: Mamá gatita y los bebé pollito se muestran consternados, liberan lagrimas de estrellas y lanzan moquito serpenteado. Ya nada será lo mismo... ¡Todo será mejor...! Papa llegó con una PC nuevita. Todo huele a nuevo. La arma y conecta en un dos por tres. Llamó a la Telefónica ("ellos me adoran"). Demoran (si se puede decir) diez minutos en llegar. El timbre de la casa anuncia su arribo. Abro la puerta y un hombre azulado, muy parecido a Superman, con una enorme sonrisa kolynos, alto, cuerpo atlético, zapatón y cara de Robbie Williams después del exorcismo despliega cables y se pierde en las alturas chequeando las conexiones. Acompaña al guapo, Superniña: una gordita (en realidad una enorme gordota), rubia, redondita, de unos 200 kg (sin aire y sin relleno) y muy hábil con la computadora. Todos felices y yo aun más feliz, y suspirando por mi superman que se aleja: "Hasta la vista, baby".

(Publicado en "Noches Pegajosas de la Beba Neumann".)